
RIGOBERTA
MENCHÚ
EN CÓRDOBA
Laura
Fdez-Montesinos Salamanca
Inició deslucido, desgraciadamente, porque el evento del 14 de mayo del presente, congregó a demasiados actores políticos que nada tenían que hacer en la conferencia de la Premio Nóbel de la Paz: Rigoberta Menchú. Desde alcaldes, hasta representación de gobierno del estado, que parecen ajonjolí de todos los moles. De tal manera que su incursión se redujo a vetustos halagos e innecesarios discursos que alargan sesiones con lo mismo de siempre, pero sin una sola palabra inteligente.
Fue Rigoberta, con su lucidez, su espiritualidad, con su sangre pura de mujer indígena, la que barrió con todas las palabras vacías. Y una vez más, a pesar de que a todos: desde el organizador hasta el resto de políticos mencionados se les había olvidado, ya que pidieron que no fuese la primera vez que visitaba Córdoba, cuando hace cuatro años había ya estado exactamente en el mismo escenario, puso de pié al auditorio. Lástima que la presencia vacua de los políticos, impidieron la emoción hasta las lágrimas de muchos de los asistentes que presenciamos su discurso hace cuatro años.
Rigoberta no deja de ser magistral: le pidieron hablar sobre derechos humanos, y ella lo hizo girar en la falta de valores de la sociedad en que vivimos, que nos impide respetar y tolerar. La falta de entendimiento entre humanos nos impide ver las diferencias entre sociedades; los indígenas no entienden el derecho occidental, porque la tradición indígena busca prevenir, la occidental: castigar, y si encuentran quién les ayude, deben pagar honorarios sin contar con recursos. La falta de respeto hacia la naturaleza, que está acabando con nuestro mundo, cuando los indígenas y otras culturas tradicionales son dependientes de ella, hasta el grado de que la Tierra es la Madre, como debería ser para nosotros. De tal forma, que cuando los occidentales les hablan de venderla, es como si les pidieran: “vender a la Madre”. Además, la sociedad humana es solo una de las muchas sociedades que habitan en la naturaleza, y la estamos acabando.
Rigoberta pasó 27 años trabajando con las Naciones Unidas para lograr la “Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas”, que al menos ya existe sobre el papel. Pero ella solicita con insistencia, que el occidental modifique su manera tan materialista y egoísta de pensar: Las organizaciones que trabajan con los pueblos indígenas no respetan, ni se sientan a aprender, sino que se apoyan en “especialistas en indígenas” no indígenas, que los sustituyen a la hora de hablar, actuar, expresarse… Esta forma irrespetuosa produce un enorme desequilibrio en toda sociedad, lo que genera violencia, resentimiento, falta de valores, que desemboca en la crisis universal del ser humano, y sus permanentes conflictos diarios de los que ya no nos preocupamos.
Rechaza el concepto “cultura indígena”, palabra de derecho internacional, por lo que denomina: Multicultura. Así como la cerrazón de los diferentes gobiernos, que no saben que promover el refuerzo de la lengua madre, es un concepto vacío. Porque la Lengua indígena no es la lengua madre, sino la Lengua Ancestral en su conjunto de códigos: desde la comunicación con la naturaleza: escuchar los ríos, la Tierra, los frutos, hasta la espiritualidad, que no religión, con que aprenden a comprender los indígenas todo lo que les rodea, y que los lleva a respetar cada rubro de su forma de vida, algo que los occidentales, en su carencia de valores, no conocen ni entienden. Como la identidad, que no se reduce a la indumentaria, sino en alcanzar la dignidad humana perdida. Más aún la propia que la de los demás, lo que ayuda a ser solidarios. Y es que hoy el hombre está tan deshumanizado que rechaza todo aquello que le produzca dolor. Por eso no sabemos lo que significa el gran dolor humano diario del mundo.
Los indígenas aportan una filosofía y un código de valores, en peligro de extinción.
De ahí que su mensaje de tolerancia, respeto y solidaridad, se reduzca a una única frase de compendio: “debemos preocuparnos cada día por nuestra calidad humana”.
laurafdez27@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario