
Alférez: “Si es bueno hacer los mandados e ir por el pan, ya que en una de esas, se puede uno topar con alguna muralla púnica, además, si sabemos explotar los recursos que nos da nuestra historia, se puede cenar con pan y también hacer un importante turismo arqueológico”
Ahora Ramón Alférez espera que los arqueólogos de la Delegación de Cultura le den la protección adecuada para este asentamiento púnico, virgen 2.400 años después.
Ramón Alférez es un vecino de El Ejido, técnico en patrimonio, ‘descubridor’ del último gran yacimiento encontrado en el término municipal de Dalías y es que de casta le viene al galgo, pues Ramón es primo hermano de Ángel Aguilera Alférez, el otro gran descubridor ejidense. Ángel Aguilera fue el que descubrió el yacimiento romano de Ciavieja y le metió a Ramón el gusanillo por la arqueología. Su primo no ha tenido otra mejor forma de homenajearlo que con el descubrimiento de otro gran asentamiento, en este caso, en Dalías.
¿Cómo llegó hasta este campamento púnico?
Llevaba mucho tiempo buscando un yacimiento de la época púnica porque Ángel Aguilera Alférez, primo hermano mío, que ya murió y ha sido la persona que más ha hecho por el patrimonio del municipio de El Ejido me metió el gusanillo por la arqueología cuando aún era un niño, pues tenía unos once años. Cuando localizó el mosaico romano de Ciavieja hace 22 años, me llamó y vimos cómo recuperaban el mosaico. Desde entones, comenzó a inquietarme el tema de la arqueología.
Exactamente, ¿cuándo descubrió este yacimiento?El campamento lo descubrí hace, aproximadamente, dos meses. Fue a raiz de que en casa me mandaron traer el pan y en el camino tropece con esta muralla púnica, así fue, de suerte, claro que ya ese día no hubo pan en la casa, porque entonces me fuí a ponerlo del conocimiento del Ayuntamiento de Dalías y de la Delegación de Cultura. Ya los arqueólogos de Cultura estuvieron en el yacimiento y ahora es cuando esto ha salido ya a la luz.
¿Cómo lo localizó?En este caso no se trata de excavar nada, ya que sólo hay que ir observando el terreno. Cuando yo llegué arriba del todo, me di cuenta de que había una especie de balates –muros de poca anchura que se construyen en la tierra para poder hacer terrazas y sembrar o tener ganado dentro-. Los balates suelen tener unos 30 centímetros de alto, pero en este caso, tenía hasta dos metros y medio. Así que no era un balate, sino una muralla defensiva.
¿Qué fue lo primero que le llamó la atención?La muralla, sin duda, porque en todo momento puedes ir andando alrededor de la muralla. Las casi seis hectáreas están completamente amuralladas y cada treinta metros, hay unos torreones defensivos, donde se ponían los arqueros para poder defender los ángulos de la muralla. Eso lo descubrí el primer día. Ya otro día me acompañó el alcalde de Dalías y fue en esa excursión donde observamos la importancia del yacimiento arqueológico.
¿Sospechaba que en esa zona pudiera haber algo de la época púnica?Sí. Creía que había algo de la época púnica, pero nunca se había localizado porque muy cerca del yacimiento estaba El Cerrón, que es ibero, ya que los iberos estaban asentados ahí, sobre todo, por las minas. Entonces, sabía que entre El Cerrón y Abdera, nombre púnico de Adra, tenía que haber algún campamento militar de época púnica. Así, llevaba mucho tiempo preparando mis excursiones los domingos por la mañana e intentando localizar el yacimiento hasta que he dado con él.
¿En qué consiste el yacimiento?Es un campamento militar, pero, hay que especificar que sería el campamento donde estaban los esclavos que iban a trabajar en las minas de la sierra de Gádor. Aparte, el propio ejército púnico saldría también a trabajar a estas minas. Creo que esta teoría es la más fiable.
Además de las murallas y los torreones, señales de vida guerrera, ¿hay algún indicio que indique que también había otra ‘vida civil’?No. Es un campamento púnico. Entonces, cuando hablamos de un campamento no hablamos de un hábitat como ciudad. Es decir, todos los días, todos los suministros que necesitaban se los tenían que llevar a ese campamento. No era un sitio donde vivía la familia, ya que sólo era un lugar para el ejército y para los esclavos. Así tenían que cargar hasta con los alimentos. Sin embargo, no con el agua porque incluso dentro del campamento hay un nacimiento, que todavía tiene caudal de agua.
¿Qué repercusión puede tener este nuevo yacimiento descubierto para la provincia de Almería y, más concretamente, para nuestra comarca?En primer lugar, hay que tener en cuenta que estamos hablando de lo que podría ser el yacimiento más importante de toda la provincia de Almería. Si realmente sabemos explotar los recursos que nos está dando nuestra historia, podemos utilizarlo para hacer un turismo arqueológico, que es muy importante en la zona. Hoy, sabemos que, por circunstancia, la agricultura está dando cada vez menos beneficios y nos tenemos que centrar en el turismo y el arqueológico es uno de ellos, ya que por aquí han pasado todas las culturas: campaniforme, algaico, fenicio, romano, etc.
Hablando de casi seis hectáreas de asentamiento, casi que será uno de los más importante de Andalucía, ¿no?Exacto, sobre todo por la dimensión de su superficie y, sobre todo, también por el estado en el que se encuentra. Es decir, es un sitio en el que nunca se ha sembrado ni labrado y está, aparentemente, muy conservado. Creo que cuando se comiencen a hacer las excavaciones nos llevaremos una grata sorpresa porque no es un terreno que esté labrado y el problema del campo es que cuando éste se labra, con el arado se rompen las piezas arqueológicas. Además, es un yacimiento que nadie lo ha tocado ni lo ha expoliado. Es un yacimiento virgen y hoy día, que en pleno 2008, encontremos yacimientos vírgenes es muy difícil y, sobre todo, con estas dimensiones.
¿Qué le pide ahora a la Delegación de Cultura?Espero que los arqueólogos de Cultura le den la protección que ellos vean adecuada para ese gran asentamiento. Lo que me gustaría es que Cultura le dé la máxima protección que sería protección de Bien de Interés Cultural (BICA) y que ponga los medios para poder conservarlo. Además, me gustaría también que la UAL empiece a trabajar en proyectos sobre ese gran descubrimiento. La Asociación Athenaa - por el patrimonio del municipio de El Ejido- a la que pertenezco, lo que quiere es que lo pongan en valor, pero protegiéndolo.
Ramón Alférez es un vecino de El Ejido, técnico en patrimonio, ‘descubridor’ del último gran yacimiento encontrado en el término municipal de Dalías y es que de casta le viene al galgo, pues Ramón es primo hermano de Ángel Aguilera Alférez, el otro gran descubridor ejidense. Ángel Aguilera fue el que descubrió el yacimiento romano de Ciavieja y le metió a Ramón el gusanillo por la arqueología. Su primo no ha tenido otra mejor forma de homenajearlo que con el descubrimiento de otro gran asentamiento, en este caso, en Dalías.
¿Cómo llegó hasta este campamento púnico?
Llevaba mucho tiempo buscando un yacimiento de la época púnica porque Ángel Aguilera Alférez, primo hermano mío, que ya murió y ha sido la persona que más ha hecho por el patrimonio del municipio de El Ejido me metió el gusanillo por la arqueología cuando aún era un niño, pues tenía unos once años. Cuando localizó el mosaico romano de Ciavieja hace 22 años, me llamó y vimos cómo recuperaban el mosaico. Desde entones, comenzó a inquietarme el tema de la arqueología.
Exactamente, ¿cuándo descubrió este yacimiento?El campamento lo descubrí hace, aproximadamente, dos meses. Fue a raiz de que en casa me mandaron traer el pan y en el camino tropece con esta muralla púnica, así fue, de suerte, claro que ya ese día no hubo pan en la casa, porque entonces me fuí a ponerlo del conocimiento del Ayuntamiento de Dalías y de la Delegación de Cultura. Ya los arqueólogos de Cultura estuvieron en el yacimiento y ahora es cuando esto ha salido ya a la luz.
¿Cómo lo localizó?En este caso no se trata de excavar nada, ya que sólo hay que ir observando el terreno. Cuando yo llegué arriba del todo, me di cuenta de que había una especie de balates –muros de poca anchura que se construyen en la tierra para poder hacer terrazas y sembrar o tener ganado dentro-. Los balates suelen tener unos 30 centímetros de alto, pero en este caso, tenía hasta dos metros y medio. Así que no era un balate, sino una muralla defensiva.
¿Qué fue lo primero que le llamó la atención?La muralla, sin duda, porque en todo momento puedes ir andando alrededor de la muralla. Las casi seis hectáreas están completamente amuralladas y cada treinta metros, hay unos torreones defensivos, donde se ponían los arqueros para poder defender los ángulos de la muralla. Eso lo descubrí el primer día. Ya otro día me acompañó el alcalde de Dalías y fue en esa excursión donde observamos la importancia del yacimiento arqueológico.
¿Sospechaba que en esa zona pudiera haber algo de la época púnica?Sí. Creía que había algo de la época púnica, pero nunca se había localizado porque muy cerca del yacimiento estaba El Cerrón, que es ibero, ya que los iberos estaban asentados ahí, sobre todo, por las minas. Entonces, sabía que entre El Cerrón y Abdera, nombre púnico de Adra, tenía que haber algún campamento militar de época púnica. Así, llevaba mucho tiempo preparando mis excursiones los domingos por la mañana e intentando localizar el yacimiento hasta que he dado con él.
¿En qué consiste el yacimiento?Es un campamento militar, pero, hay que especificar que sería el campamento donde estaban los esclavos que iban a trabajar en las minas de la sierra de Gádor. Aparte, el propio ejército púnico saldría también a trabajar a estas minas. Creo que esta teoría es la más fiable.
Además de las murallas y los torreones, señales de vida guerrera, ¿hay algún indicio que indique que también había otra ‘vida civil’?No. Es un campamento púnico. Entonces, cuando hablamos de un campamento no hablamos de un hábitat como ciudad. Es decir, todos los días, todos los suministros que necesitaban se los tenían que llevar a ese campamento. No era un sitio donde vivía la familia, ya que sólo era un lugar para el ejército y para los esclavos. Así tenían que cargar hasta con los alimentos. Sin embargo, no con el agua porque incluso dentro del campamento hay un nacimiento, que todavía tiene caudal de agua.
¿Qué repercusión puede tener este nuevo yacimiento descubierto para la provincia de Almería y, más concretamente, para nuestra comarca?En primer lugar, hay que tener en cuenta que estamos hablando de lo que podría ser el yacimiento más importante de toda la provincia de Almería. Si realmente sabemos explotar los recursos que nos está dando nuestra historia, podemos utilizarlo para hacer un turismo arqueológico, que es muy importante en la zona. Hoy, sabemos que, por circunstancia, la agricultura está dando cada vez menos beneficios y nos tenemos que centrar en el turismo y el arqueológico es uno de ellos, ya que por aquí han pasado todas las culturas: campaniforme, algaico, fenicio, romano, etc.
Hablando de casi seis hectáreas de asentamiento, casi que será uno de los más importante de Andalucía, ¿no?Exacto, sobre todo por la dimensión de su superficie y, sobre todo, también por el estado en el que se encuentra. Es decir, es un sitio en el que nunca se ha sembrado ni labrado y está, aparentemente, muy conservado. Creo que cuando se comiencen a hacer las excavaciones nos llevaremos una grata sorpresa porque no es un terreno que esté labrado y el problema del campo es que cuando éste se labra, con el arado se rompen las piezas arqueológicas. Además, es un yacimiento que nadie lo ha tocado ni lo ha expoliado. Es un yacimiento virgen y hoy día, que en pleno 2008, encontremos yacimientos vírgenes es muy difícil y, sobre todo, con estas dimensiones.
¿Qué le pide ahora a la Delegación de Cultura?Espero que los arqueólogos de Cultura le den la protección que ellos vean adecuada para ese gran asentamiento. Lo que me gustaría es que Cultura le dé la máxima protección que sería protección de Bien de Interés Cultural (BICA) y que ponga los medios para poder conservarlo. Además, me gustaría también que la UAL empiece a trabajar en proyectos sobre ese gran descubrimiento. La Asociación Athenaa - por el patrimonio del municipio de El Ejido- a la que pertenezco, lo que quiere es que lo pongan en valor, pero protegiéndolo.
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