jueves, 1 de mayo de 2008

Libre, el zeta implicado en la fallida ejecución de agentes poblanos

Libre, el zeta implicado en la fallida ejecución de agentes poblanos
intoleranciadiario
21 abril 2008
Salió por la puerta principal del Hospital General de Córdoba, abordó un taxi y se fue. Los médicos que lo atendieron dicen que nadie lo había acusado de nada
Alfonso Ponce de León Salgado
Por su propio pie, Rubén Ramírez González, el único detenido tras la emboscada que sufrieron elementos de la Policía Judicial del Estado de Puebla (PJEP) en Córdoba, salió del Hospital General de Yanga, camino hasta donde lo esperaba un taxi y se retiró sin ser molestado o requerido por alguna autoridad tanto del estado de Veracruz como de la Procuraduría General de la República (PGR), que supuestamente habían atraído el caso.Rodolfo Igor Archundia Sierra, el titular interino de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), confirmó la liberación del presunto agresor a los hermanos del agente 464 Felipe García Guillen, de 32 años de edad, levantado por miembros del grupo armado —presuntos zetas—, tras externarles su preocupación por lo ocurrido, cuando el 16 de abril pasado, un día después del atentado, agradeció al gobierno de Veracruz su “ayuda” e “intervención” para el auxilio de los agentes poblanos y por las investigaciones que realizaban.De esta forma, el único testigo y presunto responsable de la agresión armada a elementos de la Procuraduría General de Justicia de Puebla (PGJ) se extrajo de la acción de la justicia y se llevó datos de quienes fueron los agresores, del porqué circulaban en camionetas blindadas con armamento sofisticado y portando uniformes que los identificaban como elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), dejando el saldo de cinco agentes lesionados más un desaparecido.El viernes, cuando ya habían transcurrido 72 horas del “levantón”, Archundia Sierra recibió a los familiares del agente secuestrado, les dijo que un gripo especializado en investigaciones de gente secuestrada, cuyas instalaciones se ubican en el Distrito Federal, se iba a hacer cargo de buscar a Felipe García, aunque también les dio a entender que ellos tienen las “manos amarradas” para poder ejercer justicia.Las únicas rutas para pedir auxilioEl viernes Rafael Guillen y sus familiares regresaron de la ciudad de Córdoba, Veracruz, con las manos vacías y un poco de esperanza.Les dijeron en el vecino estado que todas las corporaciones policiacas unen esfuerzos para buscar al agente poblano levantado, pero no les dieron detalles de dónde estaban buscando y si ya había detenidos o pistas.El mismo viernes acudieron a la Delegación Estatal Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR) para interponer una denuncia por la desaparición de su hermano, señalando como dato principal que su consanguíneo le había avisado a su esposa que lo mandaban a la ciudad de Córdoba, Veracruz, a realizar un trabajo, luego se enteraron que los habían emboscado y que Felipe era el único que no había regresado.También acudieron con el procurador interino Rodolfo Igor Archundia, quien tranquilamente les dijo que el único testigo y sospechoso de lo que le ocurrió a su hermano ya estaba libre, que en el Hospital de Yanga, donde fue atendido de lesiones de disparos en las piernas, lo dejaron salir debido a que en su contra no había una sola acusación o un oficio donde les indicara que debería quedarse retenido.De las tres balaceras ocurridas la noche del martes 15 de abril, ninguno de los agentes que se vio involucrado ha sido llamado para declarar. Alteran el área donde ocurrió el enfrentamiento Aún se desconoce si fue intencional o como consecuencia de un delito del orden común, pero el área donde se originó el primer enfrentamiento entre el grupo armado —presuntos Zetas— y elementos de la Policía Judicial del Estado de Puebla (PJEP), fue removida para alterar pruebas, esto trascendió luego de que dos elementos de la Policía municipal de Córdoba fueron detenidos y consignados por haberse apoderado de un rifle de asalto AK-47, con misa telescópica y rayo láser que uno de los integrantes del grupo agresor dejó abandonado.Este rifle, por supuesto, no se encuentra radicado en el listas de pruebas que la noche del miércoles pasado recabaron peritos en criminalística de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, adscritos a la ciudad de Córdoba, y se conoció de su existencia por varias fotografías que fueron publicadas por periódicos veracruzanos donde aparece el arma tirada en el piso, indicando que la dejaron armada los integrantes del grupo agresor.Los policías que fueron enviados al Penal de Mediana Seguridad de la Toma, son Esteban Salas Nava y Luis García Romero, quienes llegaron la noche del martes 15 de abril al bulevar Córdoba-Pañuela, lugar donde se registró el primer enfrentamiento entre agentes poblanos y miembros del grupo armado y donde quedó abandonada el arma de asalto.

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